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NUEVA YORK (AP) — Un antiguo primo humano pudo haber enterrado sus símbolos muertos y tallados en las paredes de una cueva, hallazgos sorprendentes para una criatura con un cerebro pequeño.

Los restos fósiles de la especie, llamada Homo naledi, fueron descubiertos en cuevas subterráneas en Sudáfrica hace una década. Ahora, los investigadores dicen que han encontrado evidencia de que la especie era capaz de un comportamiento complejo que hasta ahora solo se ha visto en aquellos con cerebros más grandes.

"Estamos frente a un descubrimiento notable aquí" para una especie con cerebros de un tercio del tamaño de los humanos, dijo el antropólogo Lee Berger, quien dirigió la investigación financiada por la National Geographic Society, donde ahora trabaja.

Berger y sus colegas describen sus hallazgos en estudios publicados en línea el lunes. La investigación aún no ha sido revisada por pares y algunos científicos externos creen que se necesita más evidencia para desafiar lo que sabemos sobre cómo los humanos desarrollaron su pensamiento complejo.

"Todavía hay mucho por descubrir", dijo Rick Potts, director del Programa de Orígenes Humanos del Smithsonian, que no participó en la investigación.

H. naledi es una adición bastante nueva al árbol genealógico de los homínidos, que incluye a nuestros ancestros directos y otros parientes extintos que caminaban sobre dos piernas. Berger y su equipo anunciaron la especie en 2015, después de que un consejo de espeleólogos locales los condujera al sistema de cuevas Rising Star cerca de Johannesburgo, donde descubrieron fósiles de al menos 15 individuos que vivieron hace unos 300.000 años.

Estas criaturas tenían algunos rasgos en común con los humanos modernos, como piernas hechas para caminar erguidas y manos que podían trabajar con objetos, dijo el antropólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison John Hawks, miembro del equipo de investigación. Pero otras características parecían más antiguas, incluidos sus pequeños cerebros.

En los últimos años, los miembros del equipo se han aventurado a regresar a las cuevas, un descenso complicado a través de estrechos espacios subterráneos. Lo que hay ahí abajo muestra a la especie bajo una nueva luz, informaron.

Uno de los nuevos estudios describe lo que los investigadores dicen que fueron sitios de entierro intencionales. El equipo descubrió restos fósiles de adultos y niños en agujeros poco profundos en el suelo, con sus cuerpos en posición fetal.

Otro estudio describe una serie de marcas talladas en las paredes de la cueva, que incluyen patrones geométricos y líneas entrecruzadas.

"Esto es algo que requiere mucho tiempo y esfuerzo", dijo Berger, quien dirigió la investigación inicial mientras estaba en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo.

Todo este comportamiento sería sorprendente para una criatura cuyo cerebro tuviera un tamaño más cercano al de un simio que al de un humano, dijeron los expertos.

Hace décadas, pensábamos que los Homo sapiens eran los únicos que podían descubrir cómo usar el fuego, enterrar a sus muertos o crear arte, dijo Chris Stringer, un experto en evolución humana del Museo de Historia Natural de Londres que no participó en la investigación.

Desde entonces, hemos aprendido que otros grupos como los neandertales también vivieron vidas complejas. Pero esas especies todavía tenían cerebros grandes, a diferencia de H. naledi, cuyos entierros generarían más preguntas sobre la evolución humana, dijo Stringer.

Los científicos aún no han podido identificar la antigüedad de los grabados. Entonces, Potts dijo que la evidencia actual no puede decir con certeza si H. naledi fue realmente el que creó los símbolos, o si alguna otra criatura, tal vez incluso H. sapiens, se abrió camino allí en algún momento.

Para el autor del estudio, Agustín Fuentes, antropólogo de la Universidad de Princeton, la evidencia de H. naledi desvía la atención del tamaño del cerebro.

"Los grandes cerebros siguen siendo importantes", dijo Fuentes. "Simplemente no explican lo que pensamos que explicaron".

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